5 DE OCTUBRE: DÍA MUNDIAL DE LA EDUCACIÓN VIAL
La educación vial consiste en la transmisión y aprendizaje de conocimientos relacionados con el desarrollo de competencias y capacidades orientadas a promover la seguridad vial y a prevenir accidentes de tránsito.
El Día Internacional de la Educación Vial se conmemora con la finalidad de concientizar a la población mundial acerca del aprendizaje de las normas básicas de seguridad vial para prevenir accidentes de tránsito. Pero también las trasciende. Representa una disciplina que se enfoca en transmitir -tanto a niños, niñas y adultos- conocimientos y habilidades relacionados con la seguridad en las rutas, avenidas y autopistas. Su objetivo es promover conductas responsables en la población con el fin de asegurar una convivencia segura entre conductores y peatones.
La educación vial abarca diferentes factores:
- Factor humano: relacionado con el comportamiento y las decisiones que toman tanto conductores como peatones. El modo en que ambos interactúen en la vía pública tendrá un impacto directo en la seguridad vial.
- Factor vehicular: tiene que ver con el estado y mantenimiento de los diferentes vehículos: un auto en condiciones mecánicas óptimas es fundamental para prevenir accidentes.
- Factor ambiental: hace hincapié en las condiciones de las rutas y autopistas así como en el entorno, el clima y la visibilidad durante la conducción.
Además de estas tres variables indicadas, la educación vial aborda temas de infraestructura, legislación vial, señales y normas de tránsito. Tener una mirada que incorpore todos estos aspectos es necesaria y esencial para tomar decisiones certeras que tiendan a reducir los accidentes viales.
En la actualidad, la tecnología desarrolla un papel muy importante en el campo de la enseñanza de la educación vial. Por ejemplo, algunas aplicaciones móviles y plataformas on line ofrecen recursos interactivos para aprender sobre normas de seguridad vial.
En algunos países, las autoescuelas utilizan simuladores para que los futuros conductores tengan la oportunidad de practicar situaciones de tránsito de alto riesgo sin poner en peligro sus vidas. Con solo ponerse los anteojos de realidad virtual, es posible comenzar a experimentar en 360º lo que ocurriría en una clase práctica de manejo convencional. De esta manera, a estas nuevas generaciones les resulta más efectivo el aprendizaje sobre cómo comportarse en el momento en que deban conducir un vehículo.
Como dijimos, la educación vial no se limita a las aulas escolares, sino que se extiende a la vida cotidiana de conductores y peatones. Sin embargo, es necesario que la misma ocupe un espacio destacado en los contenidos escolares desde la infancia, con programas compuestos de actividades lúdicas para enseñar sus bases. Serán ellos mismos quienes tenderán a modificar su comportamiento y pondrán en práctica todo lo aprendido.
También, en los hogares se debería reforzar su importancia. La educación vial es una responsabilidad compartida y una inversión para un futuro más seguro en la vía pública.