Buenas prácticas al manejar. No solo es necesario conocerlas si no mantenerlas a lo largo del tiempo

Tener en claro qué siginifica tener buenas prácticas al manejar es muy importante para la seguridad vial. Muchas veces, el exceso de confianza o pensar que porque otro conductor tiene conductas viales inapropiadas nosotros también podemos comportarnos de esa manera, hace que olvidemos la responsabilidad que tenemos al manejar un automóvil o cualquier otro tipo de vehículo.

Llevar a cabo buenas prácticas al manejar no tiene que ver con una idea cerrada sino que supone tener en cuenta varios factores. Para ello, es importante tener en cuenta pautas generales y sencillas pero que influirán en nuestra propia seguridad y en la de todos y todas las conductores y peatones.

A veces, a medida que pasa el tiempo sentimos que somos expertos al volante y los conductores precavidos y respetuosos que fuimos quedan en el olvido. Si hacemos memoria podemos recordar que éramos muy cuidadosos al soltar el embrague, no nos apurábamos para llegar rápido a todos lados, respetábamos las normas de tránsito y conservábamos una distancia prudente con el vehículo de adelante. Estos cambios de conducta pudieron, quizás, deberse al exceso de confianza, pensar que nunca vamos a estar involucrados en un accidente o creernos que somos mejores conductores que los demás.

Además de lo anterior, cuando manejamos un auto es muy importante realizar visitas al mecánico para evaluar cuestiones relacionadas con: dirección, luces, frenos, suspensión, nivel de aceite, limpiaparabrisas, aire acondicionado, entre otras cosas. En su uso diario arrancar el coche a bajas revoluciones es una excelente manera de prolongar la vida útil de su motor. También es aconsejable no esperar demasiado tiempo para pasar a un nuevo cambio. Tampoco es conveniente acelerar en profundidad porque en las ciudades tenemos que detenernos de manera constante en distancias muy cortas. De este modo, lo que se ganamos en velocidad lo perdemos en seguridad, combustible y desgaste prematuro del motor.
Por otro lado, es primordial llevar a cabo hábitos que tengan que ver con la comodidad: mantener el asiento regulado que permita tener una buena visión de la ruta, calle o autopista y que nos permita llegar sin problema a los pedales. También en necesario que el apoyacabezas esté ajustado, ya que es un elemento clave que sirve para evitar lesiones en frenadas bruscas.
Otra cuestión crucial es mantenerse actualizado con el fin de conocer las últimas disposiciones en cuanto a la seguridad vial (indice de alcoholemia, trámites necesarios para el vehículo, la inspección técnica -VTV-, etc.)

Por último, siempre es necesario recordar una serie de consejos antes de comenzar el viaje: conocer las rutas que vamos a tomar así como las condiciones meteorológicas; contar con la licencia de conductor y los papeles del seguro; descansar cada dos horas, mantenerse hidratado en viajes largos; respetar los límites de velocidad, no consumir medicamentos que afecten la conducción y evitar las distracciones son algunas de las indicaciones que se suman a la lista de consejos para mantener buenos hábitos en la conducción. Y, por supuesto, no olvidar de colocarse el cinturón de seguridad.

Mejorar nuestra conducción a través de mejores prácticas que, como hemos visto, implica una gran variedad de aspectos, al volante reducirá el riesgo de sufrir accidentes y, además, hará que nuestra experiencia en calles, rutas o autopistas sea más placentera. Un cambio cultural en la conducta vial que debe ser el compromiso de todos los argentines y argentinas para lograr una sociedad que respete su vida y la de los que los rodean. La educación vial debe ser parte de la educación que se recibe desde la infancia, de esta manera desde pequeños los niños y niñas podrán asimilarla como parte de su formación y valores, los cuales se reflejarán cuando sean adultos.